«Las islas son siempre fronteras frente al mundo" (José Carlos Llop)
Contextualización
Conocí a Any un lunes de junio. Era una tarde perfecta en el corazón de la ciudad de México, perfecta como solo pueden ser las tardes entre amigos. Perfecta como una dulce historia de viaje a contar y contar y contar en momentos de nostalgia. Teníamos un amigo en común de paso por una sola noche y él nos había invitado a compartir un pedacito de noche con él en el tumulto de la capital. Inmediatamente me cayo bien la hermosa joven pareidolista (¡ve rostros por todas partes!) con su piercing en la nariz. Al igual que yo, ella se apasionaba de literatura, tenía una serie de palabras favoritas, soñaba con viajar y amaba el mar. Y también al igual que yo de joven, estaba en una encrucijada con ganas de darle una nueva dirección a su vida, quizás siguiendo la del viento, quién sabe, pero aun no sabía si el mejor momento para dejarse llevar hacia la renovación como una pluma de pájaro había llegado. Sea como sea, la conversación naturalmente bifurcó en el tema de su doble nacionalidad griega y mexicana, abordando entre dos ataques de risa las exageraciones (no tan exageradas, de hecho) de la película My big fat greek wedding, y en una segunda fase, su búsqueda de descubrimiento de la griega en ella, búsqueda que la había llevado a establecerse a Creta por un tiempo unos años antes. De repente, quise que ella nos compartiera un poco su experiencia y amablemente aceptó hacerlo. Ya quiero irme a Creta. Αντίο[1]
Les presento a Any. Any, mis lectores.
Nombre: Anyelina Skartados
Nacionalidad: Griego-mexicana
Quien eres en una frase: Una mezcla de mar y de tierra.
¿Por qué te mudaste a Creta? ¿Por qué elegiste esta isla?
La historia de mi conexión con Creta es muy chistosa porque, aunque mi padre es griego, él nació en una pequeña isla llamada Astypalea que no tiene mucho que ver con Creta. Todo se remonta a un viaje que mi hermana mediana hizo cuando tenía dieciocho años. En una de las paradas estaba Creta, específicamente Iraklio, y ahí encontró, por casualidad, a una amiga mexicana de mis padres que estuvo casada con un griego en México. Ella estaba por abrir un restaurante latino y mi hermana Marula se enamoró del proyecto y se quedó con ella; juntas lo sacaron adelante. A partir de esa fecha, mi hermana comenzó a vivir en Creta y más tarde empezó a estudiar gastronomía y a forjarse como cocinera en hoteles de alto turismo en Europa. En el año 2010, yo quería tramitar mi nacionalidad griega y no estaba muy segura de lo que quería hacer con mi futuro, así que decidí irme a Creta con la herencia de mi abuelo Giorgos Skartados, para conocer la nueva vida de mi hermana. Y así fue como, por casi un año, ese paraíso dorado y cálido se convirtió en mi hogar.
¿Hablabas griego antes de mudarte?
En esta pregunta, tengo que remontarme muchos años atrás. Mis padres se conocieron en el puerto de Tampico; mi papá era marino mercante y mi mamá, que era una amante de la cultura griega, estaba de vacaciones en la ciudad y le encantaba ir al puerto a conocer barcos extranjeros. Se enamoraron y mi mamá comenzó a estudiar griego, y como siempre ha tenido un talento especial para los idiomas, lo dominó muy rápido. Mis padres han hablado griego entre ellos desde que tengo memoria y decidieron llevar a sus tres hijas a clases sabatinas de griego a la Comunidad Helénica en México por varios años. Ahí entrené perfectamente mi oído, aprendí a leer y a tener nociones de escritura.
Cuando decidí irme, nunca pensé en que el idioma sería una barrera, cosa que cambió radicalmente cuando me bajé del primer avión en Atenas… ¡estaba absolutamente bloqueada y aterrada (ja ja)! Por fortuna, todo lo manejaba en inglés pero al llegar a Creta, los amigos de mi hermana decidieron no escucharme si no era en griego. Me obligaron a desbloquear esa barrera y eso es algo que toda la vida les voy a agradecer. Siempre digo que mi entrada oficial al griego estuvo marcada con un sueño… uno en el que hablaba en un griego fluido, y así fue al despertar, tres meses después de estar en Creta, que me di cuenta que ¡estaba hablando griego!.
¿Cual es el más grande reto para alguien queriendo aprender el griego?
He notado que para un Griego es mucho más sencillo aprender español que para un hispanohablante aprender griego, pero creo que nada es imposible ni demasiado complicado. En cuanto al mayor reto, definitivamente sería habituarse al alfabeto. Pues tienes que aprender a darle valores a nuevos símbolos, en cuestión de pronunciación no hay mucha diferencia.
Para una mujer de la ciudad de México, ¿es impactante establecerse de repente en una isla y por qué?
Tu nivel de vida va hacia arriba y tu ritmo de vida desacelera, seguramente el secreto está en encontrar el equilibrio. Aunque amo muchísimo a mi ciudad, incluyendo su caos y su ruido, considero que vivir en una isla griega es uno de los regalos más hermosos que me he dado. La gente, los paisajes, los olores y las sensaciones son enriquecedoras el 99.9% de las veces. Una de las ventajas de vivir en Creta fue que nunca sentí un cambio tan drástico en mis relaciones o mis actividades. Esa isla está llena de vida, de inteligencia, de pláticas elevadas, de universitarios astrofísicos, biólogos, cocineros, padres amorosos tradicionales, extranjeros en busca de aventura, amigos invaluables y una variedad de comida deliciosa que jamás te hará sentir en pausa o reposo sino todo lo contrario.
Con qué te quedaste encantada al descubrir a Creta y por qué?
Los Cretenses tienen una configuración de sentimientos muy especial, no es fácil entrar en su corazón o en su círculo, pero una vez que lo haces te quedas ahí para siempre. Te abrazan, te acogen, te hacen sentir en casa. Uno de los mayores descubrimientos para mi, fue el Cretense, el corazón del Cretense. Y claro, maravillas naturales como Agiofarago, un lugar que me dejó sin aliento, donde no pude contener las lágrimas la primera (y las siguientes veces) que lo pisé; o Dikteon andron (La caverna de Dikteon), un lugar tan impresionante del que sólo diré que según la mitología griega, es la cueva donde Zeus nació, para que la busquen y conozcan con sus propios ojos.
Un platillo que para ti representa perfectamente lo que es Creta o que evoca un recuerdo de Creta. ¿Como es la comida griega en general?
Los gyros de Platia son el recuerdo más delicioso que tengo de mis noches en Creta, seguro no es el platillo más representativo para las demás personas, pero vaya que lo es para mi. La comida griega es muy condimentada, mucho marisco, ensalada, olivo, carne de cordero, DELICIOSA.
¿Por qué deberíamos visitar Creta? ¿Qué tiene de especial esta isla? ¿Por qué elegir Creta en vez de otra isla?
Fue en 1913 que Creta se hizo parte de Grecia, ¿muy poco tiempo en términos de historia, no? Es por esto que Creta es independiente y única. Iraklio es mágico y dorado, Rethymno es turquesa y fresco y Chania es una hermosa mezcla entre dorado y turquesa, entre moderno y antiguo. La antigua ocupación turca y árabe enriquece su arquitectura y lo hace muy diferente e interesante. Visitar Creta es visitar al mismo tiempo diferentes espacios y tiempos.
¿Qué tan difícil es llegar a Creta y una vez allí, es difícil moverse de un lugar al otro?
Es sencillo, hay camiones que conectan toda la ciudad, barcos con precios moderados y rentas de auto que siempre son buena opción. De Atenas a Creta, un barco hace aproximadamente 11 horas. Yo recomiendo siempre hacer estos viajes de noche para que te ahorres una noche de hospedaje y no pierdas tiempo para ver cosas nuevas.
Tú que creciste en México, ¿en qué te reconociste en los Cretenses?
En su calidez y su manera de hacerte sentir en casa. Los Cretenses son personas hermosas.
Si pudieras describir a Creta en tres palabras, ¿cuáles elegirías y por qué?
Curativa, sabia y poderosa. Porque me llenó el alma, me cambió la vida y nunca dejó de impresionarme con sus paisajes. Siempre que platico mi experiencia me falta la otra parte, la que no se ve, osea agradecer lo que cada pilar en mi familia aportó en mi para darme el valor o la idea de esta aventura: a Marula le agradezco su valentía, el compartirme su casa y a sus amigos cretenses, a Odina el abrirnos el camino como hermana mayor, a Dimis, mi papá, el enseñarnos que el amor es el motor más poderoso y a mi madre por ser musa e inspiración y por su abrazo calientito que calma. Creta es tambien un poco de todo esto.
[1] Adios, en griego.